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Mensaje del Presidente de la República Sr. Prokopios Pavlopoulos hacia los griegos del exterior con ocasión del Aniversario Patrio del 25 de marzo

27.03.18

Festejamos, con el respeto debido y el apropiado brillo la Revolución Nacional de mil ochocientos veintiuno (1821), el cual resultó la “Resurrección” de nuestra nación, ya que condujo a la supresión  de la larga esclavitud de nuestros Antepasados durante el yugo otomano y a la creación del Estado griego moderno. Entonces los griegos demostraron, como siempre en su larga y heroica historia, que podían ser osados y asumir riesgos.

Así, no tomaron en cuenta la superioridad numérica de los conquistadores y se rebelaron para obtener  su Libertad, la cual, además resulta, como lo he recalcado repetidas veces, principio de vida y por consecuente, forma de vida para nuestra Nación y nuestro Pueblo.

I.
La Revolución Griega se manifestó dentro de un entorno político internacional difícil, donde se arriesgaban intereses importantes de las grandes potencias de Europa. Y esto porque, por un lado, las potencias europeas estaban de acuerdo con la legalidad de la monarquía absoluta, la cual había sido sacudida desde 1820 con las sublevaciones de América del Sur contra España, contra las revoluciones liberales y nacionales del Piemonte y de Nápoles, como también del alzamiento liberal de España contra el absolutismo de los Borbones. Por el otro lado, las potencias de la Santa Alianza discrepaban sobre el “asunto oriental”, puesto que el principal objetivo de Austria y de Inglaterra era mantener el avance inquietante de Rusia hacia los Balcanes y el Mar Negro. La Revolución Griega, como se esperaba, fue condenada en el principio por la Santa Alianza. Sin embargo el éxito de nuestra Revolución de 1821 hasta 1824 y su impresionante resistencia frente a las dificultades que se presentaron desde 1825 hasta el 1827, como también el admirable movimiento del filehelenismo que surgió en Europa, inspiró a algunos de sus hijos selectos a sentirse solidarios con la lucha de los griegos por la libertad -ofreciendo a veces su patrimonio y su vida misma por el éxito de esta lucha-. Todo esto llevó a Rusia, Inglaterra y Francia a constituir la Triple Alianza en Julio de 1827. Siguió la Batalla Naval de Navarino el 20 de octubre de 1827, donde se destruyó la marina y la armada turco-egipcia, hecho que marcó el victorioso desenlace  del único y heroico alzamiento de nuestros Antepasados contra el Imperio Otomano.

II. 
Un papel decisivo al éxito de la Lucha Sagrada de 1821 por la Patria y la Religión jugaron los griegos del exterior y principalmente los de Odessa, de Viena, de Paris, de Belgrado, de Trieste y de muchos otros focos del Helenismo del exterior los cuales se movilizaron con entusiasmo y abnegación con sus hermanos levantados. Al mismo tiempo, con su ejemplo, contribuyeron de manera decisiva que se encienda la antorcha de los valores del filhelenismo en muchos rincones del continente europeo. Grecia contemporánea nunca se olvidó de esa gran contribución de los griegos del exterior. Por el contrario, siente reconocimiento eterno.

III.
En nuestra época, Grecia es una potencia de paz y de seguridad en los Balcanes y en el área más extensa del mediterráneo suroriental y respeta, de manera absoluta y total, el derecho europeo e internacional en su conjunto. De esta manera desea la amistad y la cooperación con todos sus vecinos, mientras que al mismo tiempo, en su calidad de miembro integral de la Unión Europea y de su núcleo duro, la Eurozona, quiere participar activamente en la construcción de una Europa de tipo federal, bajo el carácter de una Democracia Representativa y con el respeto del Estado de Derecho y, sobre todo, del Estado Social de Derecho.

IV.
Estos principios básicos, que rigen con constancia y consecuencia el comportamiento internacional de nuestro País con todos los demás, se aplican como siguen a  nuestras relaciones con nuestros países vecinos:

A.
En lo que concierne a Turquía: Queremos relaciones de amistad y de buena vecindad. Sin embargo las relaciones de amistad y de buena vecindad con Turquía, como también la perspectiva europea de este país -que nosotros los griegos apoyamos- dependen del respeto pleno del derecho europeo e internacional en su totalidad. En concreto, dependen del respeto total del Tratado de Lausana, del Tratado de Paris de 1947 y del Derecho del Mar que obligan a Turquía, con sus normas reconocidas de Derecho Internacional que se aplican en su totalidad y no en parte. Además el Tratado de Lausana el cual asegura las fronteras, el territorio y la soberanía tanto de Grecia como de la Unión Europea, no puede ser revisado ni tampoco actualizado sin dejar rastros de “zonas grises”. Bajo estos hechos Turquía debe entender y respetar que Grecia y la Unión Europea son favorables a su perspectiva europea, pero también tiene la voluntad y la fuerza de proteger, de manera inmediata y efectiva las fronteras, el territorio y su soberanía.

B.
En lo que concierne la Antigua República Yugoslava de Macedonia:
Apoyamos el camino de la integración de ese amiga República en la OTAN y en la Unión Europea. Pero esto por razones de respeto a la historia, al derecho internacional y al acervo europeo, presupone una solución previa en lo que concierne su nombre, solución que debe comprender las garantías necesarias para la eliminación del irredentismo. Por consiguiente hay una manera para que avance la integración de la Antigua República Yugoslava de Macedonia en la OTAN y en la Unión Europea: primero una previa revisión en esa dirección de su constitución, hecho que marca el respeto que Grecia, la Unión  Europea y la OTAN demuestran con el orden legal y el estado de derecho en general y, segundo, un acuerdo que va a contener todas las garantías para la eliminación del irredentismo como mencioné.

V.
Además, es de nuestro deber no olvidar Chipre. La Isla Grande, la cual sigue enfrentando la tragedia de la ocupación militar turca de sus territorios, debe asegurar una solución justa y viable, en total acuerdo con el Derecho Internacional y Europeo. Solución la cual debe garantizar de manera definitiva entre otras cosas, un Estado Miembro de la Unión Europea y de la Eurozona con una personalidad única internacional y con plena soberanía, libre de  tropas de ocupación y de garantías de terceras partes, las cuales son en total oposición a la noción de la soberanía según el Acervo Europeo.

Finalizando este mensaje por la Aniversario Patrio del 25 de marzo, expreso, una vez más, el reconocimiento del pueblo griego con el Helenismo de la Diáspora en todo el mundo. Esto porque el Helenismo de la Diáspora, valioso e inseparable parte de nuestra Nación, ha contribuido en gran medida para que la Patria siga su camino histórico, de acuerdo a su herencia y su destino. Estamos seguros que demostrará en el futuro la misma y aún mayor contribución, afín que nuestro Pueblo y nuestra Nación respondan a los grandes desafíos del futuro, como nos corresponde.